TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA
Introducción del tema.
Este tema hemos decidido buscar información complementaria ya
que hemos elaborado la guía de atención educativa además de el docente
abordarlo en clase y es por ello que nos parece importante añadir más
información al respecto sin repetirnos.
El síndrome de Asperger se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios.
Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que da origen a comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos. Los déficits sociales están presentes en aspectos del lenguaje tales como dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc). Asimismo suelen ser disfuncionales los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación motora.
Es un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1.000 nacidos vivos), poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales. Se encuentra encuadrado en los TEA o Trastornos del Espectro Autista, aunque por sus competencias intelectuales y lingüísticas se mantiene como una entidad diferenciada del autismo clásico.
La F.A.E. representa al colectivo de familias y afectados por S. de Asperger de España a través de las diferentes asociaciones sin ánimo de lucro cuyos objetivos son: La difusión informativa, la detección temprana, el reconocimiento de los derechos educativos y asistenciales de los afectados y sus familias, la inserción laboral de los adultos, y en definitiva la integración social de los afectados respetando su neurodiversidad.
El síndrome de Asperger se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios.
Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que da origen a comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos. Los déficits sociales están presentes en aspectos del lenguaje tales como dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc). Asimismo suelen ser disfuncionales los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación motora.
Es un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1.000 nacidos vivos), poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales. Se encuentra encuadrado en los TEA o Trastornos del Espectro Autista, aunque por sus competencias intelectuales y lingüísticas se mantiene como una entidad diferenciada del autismo clásico.
Como bien explica la página web http://www.guiainfantil.com/salud/Asperger/diferencias.htm El autismo no es lo mismo que el síndrome de Asperger. En el autismo, todas las alteraciones son muy evidentes en los tres primeros años de vida, mientras que en los aspergerianos no existe evidencia de retraso cognitivo y, en su gran mayoría, tienen una capacidad intelectual por encima de lo normal. En muchas ocasiones el diagnóstico se realiza en la adolescencia o más tarde, aunque muchos padres empiezan a detectar que su hijo tiene síndrome de Asperger cuando tiene entre dos y siete años.
El síndrome de Asperger se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios.
Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que da origen a comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos. Los déficits sociales están presentes en aspectos del lenguaje tales como dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc). Asimismo suelen ser disfuncionales los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación motora.
Es un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1.000 nacidos vivos), poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales. Se encuentra encuadrado en los TEA o Trastornos del Espectro Autista, aunque por sus competencias intelectuales y lingüísticas se mantiene como una entidad diferenciada del autismo clásico.
La F.A.E. representa al colectivo de familias y afectados por S. de Asperger de España a través de las diferentes asociaciones sin ánimo de lucro cuyos objetivos son: La difusión informativa, la detección temprana, el reconocimiento de los derechos educativos y asistenciales de los afectados y sus familias, la inserción laboral de los adultos, y en definitiva la integración social de los afectados respetando su neurodiversidad.
El síndrome de Asperger se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios.
Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que da origen a comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos. Los déficits sociales están presentes en aspectos del lenguaje tales como dificultades en el ritmo de conversación y frecuentemente alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc). Asimismo suelen ser disfuncionales los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos existen dificultades en la coordinación motora.
Es un trastorno muy frecuente (de 3 a 7 por cada 1.000 nacidos vivos), poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales. Se encuentra encuadrado en los TEA o Trastornos del Espectro Autista, aunque por sus competencias intelectuales y lingüísticas se mantiene como una entidad diferenciada del autismo clásico.
Como bien explica la página web http://www.guiainfantil.com/salud/Asperger/diferencias.htm El autismo no es lo mismo que el síndrome de Asperger. En el autismo, todas las alteraciones son muy evidentes en los tres primeros años de vida, mientras que en los aspergerianos no existe evidencia de retraso cognitivo y, en su gran mayoría, tienen una capacidad intelectual por encima de lo normal. En muchas ocasiones el diagnóstico se realiza en la adolescencia o más tarde, aunque muchos padres empiezan a detectar que su hijo tiene síndrome de Asperger cuando tiene entre dos y siete años.
Las principales características son un desarrollo social anormal (tienen muy pocos amigos o ninguno), un uso del lenguaje extraño (inventan palabras, repiten frases o aprenden a leer por sí mismos) y la presencia de rutinas y rituales (comer siempre en un mismo plato o interesarse por un tema de forma desorbitada).
1. Lenguaje. Los autistas presentan retraso en el lenguaje en cambio los aspergerianos hacen gala de un vocabulario sorprendente porque llega a ser incluso pedante o demasiado culto, que se nota más cuando hablan de algún tema que está muy relacionado con el tema por el que estén interesados.
2. Movimientos. La torpeza de movimiento parece ser más característica del síndrome de Asperger, aunque no hay un consenso de los expertos sobre este rasgo y, además, la variabilidad de las alteraciones entre los afectados en muy alta.
3. Memoria. Los aspergerianos son muy capaces para el almacenamiento de muchos detalles, suelen presentar una buena memoria de repetición, pero su principal problema es su falta de capacidad para integrar toda esa información.
Para
profundizar más sobre el tema hemos buscado información en la federación
Española de Asperger la cual menciona que el
síndrome de Asperger es un trastorno severo del desarrollo que conlleva una
alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la
información. Las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal o
incluso superior a la media. Presentan un estilo cognitivo particular y
frecuentemente, habilidades especiales en áreas restringidas.
CONSEJOS PARA LAS FAMILIAS
Para ningún familiar es una situación sencilla saber que su
niño o niña presenta algún tipo de trastorno. En un principio es normal que tengáis dudas. Por lo que en primer lugar es indispensable que
busquéis a otra familia que pase por lo mismo o incluso colaboréis con alguna
asociación de las que recibir apoyo.
Es importante que no
os juzguéis puesto que en un principio
no se sabe cómo afrontar el trastorno, por lo que os tenéis que dar tiempo para
comprender lo que sucede y poder seguir adelante con optimismo.
El término “Trastornos del Espectro Autista” no es de
conocimiento general y produce muchas dudas por lo que es completamente normal
que os sintáis confusos frente a la
noticia.
Es importante saber que los familiares en este caso son
fundamentales en el tratamiento de este niño o niña y en su futuro, aunque
también es normal que os sintáis impotentes al no poder cambiar esa situación.
Es imprescindible que no os echéis la culpa de nada puesto
que la condición de ese niño o niña no tiene que ver con nada que se haya hecho
como familiares. No existe ningún culpable frente a lo que está sucediendo.
Es indispensable que tengáis información clara sobre lo que le pasa al niño
o niña, pues tenéis el control y el
poder de decidir en las situaciones que tiene que ver con la familia.
Los familiares no se tienen porque dar cuenta de que ese niño
o niña sufría este trastorno, ya que no se sabe todo sobre el desarrollo
infantil, por lo que es fundamental no darle vueltas a eso.
El primer paso para adaptarse a la situación es la
comprensión y la aceptación de los propios sentimientos, aunque no es fácil
asumir el diagnóstico del niño o niña.
Es muy bueno que habléis de lo que sucede, pues hablar hará
que os sintáis escuchados y acompañados.
El bienestar físico y la salud son fundamentales en momentos
de tensión y estrés, si cuidáis vuestra salud os sentiréis fuertes para
afrontar esta situación.
Hay que tener una actitud positiva siempre, ya que ilumina la
solución de los problemas y provee de esperanza y de confianza cuando más se
necesite. Tener actitud positiva consiste en tener la esperanza de poder
encontrar la mejor solución a los problemas.
Es fundamental que busquéis recursos y servicios para vuestro
niño o niña, eso hará que os sintáis parte de la comunidad y tengáis esperanza
en el futuro de vuestro niño o niña.
Es indispensable que tengáis paciencia, los
sentimientos iniciales no desaparecen tan fácilmente daros tiempo y podéis
sentiros mejor. Y además hay que ser pacientes con vuestros niños y niñas, con
sus logros, dificultades y aprendizajes.
Asociarse con otras familias es una experiencia enriquecedora
y una fuente de apoyo social y emocional muy importante.
No penséis en el futuro como algo negativo, ya que aunque quizás ya no sea igual que antes,
vendrá cargado de nuevos aprendizajes, de constancia, paciencia y de
gratificación.
No creías que por tener un niño o niña con necesidades
especiales en casa no podéis equivocaros o sentir miedo, al contrario,
disfrutadlo con derecho a estar cansados o frustrados.
CONSEJOS PARA LOS DOCENTES
La enseñanza en la escuela a los niños con espectro autista
no es sencilla, sino que plantea retos a los profesionales de la educación, los
cuales deben estar preparados para poder hacer frente a estos problemas y dar
respuesta a sus necesidades.
La simple integración de estos niños en una escuela
ordinaria no genera automáticamente beneficios. Si no se sabe llevar a
adecuadamente la educación de estos alumnos en una escuela ordinaria no sólo no
genera beneficios sino que genera aún más problemas. Ahora bien, si se sabe
cómo actuar ante estos alumnos para ofrecerle una adecuada educación, los
beneficios aumentarán en muchos ámbitos.
Para que estos niños y niñas estén realmente incluidos es
necesario que:
- Exista experiencia del profesorado en el proceso de educar
al alumnado con necesidades educativas especiales. Todos los docentes deben
formarse para saber actuar y dar respuesta. Es recomendable asistir a cursos
destinados a preparar profesores con alumnado con necesidades educativas
especiales.
- Dotar el aula de
los recursos necesarios disponibles, especialmente la formación, el
apoyo de un equipo de profesionales y el apoyo en el aula.
- Permitir la ayuda de otros profesionales y coordinarse
entre ambos. Apoyo de psicólogo, psicomotricista, audición y lenguaje.
- Realización de una adaptación curricular individualizada.
- Atender al diagnóstico del niño y concienciarse de su
situación y necesidades.
- No etiquetar al alumnado.
- Tener altas expectativas sobre ellos.
- Proporcionar información del niño y comunicárselo a otros
profesionales en caso de que se sospeche espectro autista.
- Permitir el proceso de diagnóstico dentro del sistema
educativo.
- Reforzar la inclusión educativa, realizando actividades
donde se favorezca que el niño se relacione con los otros.
- Reducir la ansiedad en los demás compañeros ante la
incorporación en la escuela de un niño con espectro autista y proporcionar
experiencias positivas que viva en el aula.
- Emplear nuevas tecnologías que le ayuden a adaptarse al
alumnado.
- Reflexionar sobre la propia práctica educativa.
- Pedir a la escuela recursos adicionales y hacer todo lo
posible por conseguirlos.
- Estar en continuo contacto con un asesoramiento
especializado.
- Informar a los padres de los que se está trabajando en el
aula y lo que se pretende enseñar en los próximos días, para que estos se
sientan implicados y colaboren en la educación de su hijo complementándose con
la escuela.
- Dar a los niños instrucciones claras y precisas de la
actividad.
- En la realización de trabajos dar opciones de lo que
quiere realizar.
- Formular la pregunta en caso de que ante la primera vez
que ésta se emite es ignorada.
- Fomentar habilidades sociales a través de cuentos y relatos.
- Evitar frases que puedan interpretar en sentido literal.
- Crear conciencia en los compañeros y evitar momentos de
burla.
- Realizar actividades en la que todos puedan participar.
- Aprovechar sus habilidades para que participe.
- Estar en continuo contacto con la familia.
- Favorecer las competencias comunicativas más que las
lingüísticas.
- Promover estrategias de comunicación expresiva,
funcionales y generalizables.
- Realización de actividades donde se empleen todas las
formas de comunicación posibles (verbal, corporal, signadas).
- Realizar actividades donde se potencie la colaboración.
- Proporcionar al alumnado mayores niveles de autonomía
gradualmente.
- Plantear situaciones educativas específicas y concretas.
- No prestar más ayuda de la necesaria para no fomentar la
dependencia.
- Facilitar la utilización de una amplia variedad de
entornos del centro y de otros contextos.
- Ofrecer una organización del espacio altamente
estructurado, ordenado y predecible.
ENLACES DE INTERÉS
Recursos bibliográficos
Psicothema, ISSN 0214-9915, Vol. 17, Nº. 2, 2005, págs. 233-244
FrancesTustin, Inés Pardal
Barcelona: Paidós, 1981 imp. ISBN 84-7509-112-1
-
Niños
con autismo y TGD: ¿cómo puedo ayudarles? : pautas para padres y profesionales
Paloma Cuadrado, Sara Valiente
Síntesis, 2005. ISBN 84-9756-300-X
-
Autismo y síndrome de Asperger: trastornos del espectro autista
de alto funcionamiento : guía para educadores y familiares
Madrid: CEPE, 2007
Webgrafía
- _ http://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/autismo.htm
- http://www.autismo.org.es/AE/default.htm
- http://www.rtve.es/television/20121126/documentos-tv-laberinto-autista/577963.shtml
- http://www.autismosevilla.org/
- http://www.apna.es/
- http://www.autismo.org.es/AE/default.htm
- http://www.rtve.es/television/20121126/documentos-tv-laberinto-autista/577963.shtml
- http://www.autismosevilla.org/
- http://www.apna.es/
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